Cómo limpiar las brochas de maquillaje

por | enero 20, 2017
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¿Sabías que las brochas de maquillaje pueden acumular gérmenes y bacterias con el tiempo? ¿O que estas herramientas cosméticas sin la debida higiene son capaces de provocarte acné, granos, puntos negros y hasta infecciones?

Esa es la razón por la que hoy queremos enseñarte a limpiar y mantener en buen estado tus brochas de maquillaje, no sólo porque así evitas enfermedades y mantienes tu piel más limpia, sino porque notarás el efecto al instante la próxima vez que te maquilles.

Prueba nuestra guía paso a paso.

Cómo limpiar bien las brochas de maquillaje paso a paso

Paso 1: Algunas mujeres prefieren utilizar un producto especial para limpiar sus brochas de maquillaje, pero si quieres ahorrar tu dinero y obtener iguales resultados con métodos naturales, solo tienes que seguir los siguientes pasos.

Para comenzar, sacude tu brocha suavemente, golpeándola con cuidado contra la palma de tu mano. Así removerás una buena parte del maquillaje acumulado y te será mucho más fácil limpiarla.

Paso 2: Ahora vamos a humedecer nuestra brocha de maquillaje con un poco de agua. En este paso, debes tener presente dos cosas muy importantes.

Primero, no es recomendable que coloques la brocha directamente bajo el grifo del agua, emplea mejor un recipiente pequeño. Además, y esto es lo más importante, nunca permitas que el agua toque la parte de madera, metal o plástico que compone el mango de la brocha, pues podría deteriorarse, y con el tiempo, dañarías las fibras de pelo.

Para no cometer errores, coloca siempre la brocha en posición vertical, con los pelos hacia abajo. Además, te recomendamos que utilices agua tibia en lugar de fría para obtener mejores resultados.

Paso 3: Ahora hablaremos del producto limpiador. En la red existen varias teorías sobre cuál es el más indicado. Jabón, champú de bebé, aceite de oliva, gel de ducha neutro, limpiador facial, champú con pH neutro… ¿Cuál de ellos utilizar? Muy sencillo.

Las brochas para productos en polvo, es decir, las que utilizas para aplicar sombras de ojos, polvos de Sol, coloretes y polvos compactos, podrás limpiarlas sencillamente con una pastilla de jabón o un poco de champú común (sin siliconas ni acondicionadores para no estropear los pelos de la brocha).

Generalmente, este tipo de brochas son de pelo natural, mientras que las de pelo sintético se utilizan para productos en crema o grasos, es decir, pintalabios, correctores, prebases, coloretes cremosos y bases de maquillaje.

En este último caso, lo más recomendable es emplear una cucharada de aceite de oliva antes de aplicar el champú o jabón. Incluso, algunas personas utilizan además un poco de lavavajillas para eliminar la grasa con mayor facilidad.

Paso 4: Una vez que hemos determinado el producto a utilizar, procederemos a lavar la brocha frotándola suavemente sobre la palma de la mano.

En un principio, el color de la espuma generada por la brocha será del color del maquillaje. Repetiremos entonces el proceso tantas veces como sea necesario, y cuando la espuma se torne de color blanco, ya sabremos que la brocha ha quedado completamente limpia.

Algunas personas prefieren utilizar en este paso unas plantillas de silicona especiales que se acoplan en el lavabo para agilizar la limpieza, pero de modo más económico, basta con que utilices unos guantes comunes de silicona con relieves.

Del mismo modo, puedes utilizar también una esponja, siempre y cuando esté limpia.

Paso 5: Terminado el paso anterior, toca el turno de enjuagar nuestra brocha de maquillaje. Nuevamente, es importante recordar que los pelos de la brocha deben apuntar hacia abajo todo el tiempo, así como evitar que el agua llegue hasta el mango de la brocha y que pueda deteriorar el pegamento de los pelos. Al finalizar el enjuague, moldea la brocha suavemente para darle su forma original, pues es normal que los pelos se tuerzan o pierdan su alineación.

Paso 6: Para terminar con la limpieza de tu brocha de maquillaje, pasaremos ahora al secado. En función del tamaño de la brocha y el volumen de los pelos, el secado podría tomar un día o dos, si bien existen herramientas que aceleran este proceso, nuestra recomendación es que optes por el secado natural o que acudas a la limpieza exprés que te proponemos al final de este artículo si necesitas utilizar tu brocha en el mismo día.

De manera general, puedes emplear una toalla seca para limpiar la brocha y remover el exceso de agua que haya quedado, tras lo cual, no puedes olvidar colocarla en posición horizontal (si la colocas verticalmente, los pelos podrían abrirse en abanico y perder su forma natural, o peor aún, el agua podría escurrirse hacia la base de la brocha dañando el pegamento de los pelos).

Otra manera de secar tu brocha es utilizando un vaso desechable o una pequeña caja de cartón. Rellena el envase que hayas elegido con papel higiénico o cualquier otro material absorbente y coloca dentro tu brocha. ¡Eso es todo!

Consejos finales

– Nunca seques tus brochas con secadora de pelo o exponiéndolas directamente a la luz solar. Terminarás dañándolas.

– Limpia tus brochas dos veces al mes como mínimo, aunque si las utilizas con gran frecuencia, realiza este proceso una vez por semana.

– Existen sprays especializados que puedes emplear para aportarle una mayor durabilidad a tus brochas. Utilízalos antes del secado.

– Si se trata de una brocha de cabello real, prueba a utilizar un poco de acondicionador para darle una suavidad extra.

– Voltea tu brocha cada cierto tiempo mientras se seca para acelerar el proceso.

– No abuses de limpiar tus brochas con demasiada frecuencia, pues podrías terminar acortando su vida útil.

– Si tu brocha se encuentra muy sucia y es la primera vez que la limpias, déjala reposar previamente en una solución de agua con alcohol.

Limpieza de última hora… ¿Cómo hacer?

Si tienes una cita importante el mismo día en que decides limpiar tus brochas o están demasiado sucias y quieres asegurarte de contar con un maquillaje perfecto sin tener que esperar todo un día, existe un truco infalible para limpiarlas de manera temporal.

Simplemente humedece un trozo de tela con líquido desmaquillante de ojos y repasa los pelos de la brocha con cuidado hasta remover los restos de maquillaje. También puedes utilizar una toallita desmaquillante, pero en cualquier caso, trata de no humedecer excesivamente la brocha.

Así, tendrás un remedio eficaz para volver a utilizar tu brocha en pocos segundos, o para cambiar el color de tu sombra de ojos. Suerte.

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