La fama que ha ido tomando la doctrina tántrica ha hecho que cada vez más personas se interesen por el Tantra y por esta modalidad de placer milenaria que proviene de Oriente pero que tan solo hace un par de años que se encuentra sumergida en nuestra cultura occidental. Es por eso que sobre los masajes tántricos se han arrojado multitud de verdades y mentiras, algunas de ellas ciertas y otras completamente falsas que en este artículo queremos que conozcas para que de una vez por todas comprendas en qué consisten los masajes tántricos y cómo logran su cometido.
¿En qué consisten los masajes tántricos?
En los últimos años se habla mucho de los masajes tántricos y de la utilización del Tantra para fines sexuales o eróticos, sin embargo, son pocos los que conocen los orígenes de este dogma que en sus inicios nada tenia que ver con esta temática y que si se tuviese la oportunidad de viajar a ciertos países asiáticos se podrá comprobar que estas enseñanzas tenían otro tipo de significado.
El Tantra lo que busca es la conexión entre el cuerpo y la mente, unir ambos en un mismo punto para que de esta manera nuestros pensamientos puedan experimentar una paz y tranquilidad que nos haga sentir al máximo cualquier sensación que esté viviendo nuestro cuerpo. El uso de las técnicas tántricas en los masajes se basa en estas enseñanzas con el fin de focalizar la mente en un punto en especial del cuerpo consiguiendo de esta manera que si dicha parte es masajeada se pueda sentir mucho más placer con dichos movimientos.
Existe la creencia de que los masajes tántricos son placenteros porque la masajista va a tocar las zonas erógenas y con este fin se va a conseguir el orgasmo o la llegada al clímax, sin embargo esto es completamente falso. Para tener más información al respecto, hemos solicitado la ayuda de los especialistas de https://masajesmadrid.eu/ que nos han asegurado que lo importante en estas técnicas tántricas es el camino que desemboca en el orgasmo. Es decir, un hombre puede tener una eyaculación, pero no por eso sentir que ha sido el mejor orgasmo de su vida y que ha disfrutado plenamente, sin embargo, cuando una masajista erótica profesional realiza las técnicas y movimientos necesarios, el hombre incluso sin llegar al clímax o eyacular puede sentir que esa manera de masajear su cuerpo está despertando el placer más puro e intenso y es por eso que muchos hombres solicitan este tipo de masajes tántricos.
Todo lo que tienes que saber sobre los masajes tántricos
A pesar de lo que te puedan contar, los masajes tántricos no tienen por qué ser exclusivamente eróticos o cuya finalidad sea el sexo o el orgasmo, sino que tiene un objetivo más interesante que es el que puedas conectar tu mente con los puntos de tu cuerpo que más pueden hacerte disfrutar, algo que a la larga podrás utilizar de manera sexual si lo deseas. Si eres capaz de controlar tu mente, tu pensamiento, dejando en blanco todas las preocupaciones que se te han presentado durante el día o la semana y centrarte exclusivamente en lo que estás realizando en el momento del masaje, al final todos tus sentidos se van a agudizar para que de esta manera se pueda disfrutar más de las técnicas de la masajista.
Ocurre lo mismo cuando, por ejemplo, estamos comiendo algo, si nuestra atención está puesta en otro tipo de estímulos, como por ejemplo la televisión, la charla con nuestra pareja o incluso la radio que tiene puesta el vecino, al final estaremos devorando el plato pero no nos daremos cuenta de lo que hemos comido ni descubriremos sus matices. Algo parecido ocurre con los masajes tántricos y también con las propias relaciones sexuales. Puedes tener sobre ti a la chica de tus sueños, a aquella que siempre has deseado tener, pero al estar pensando en otras cosas no vas a disfrutar plenamente de lo que estás haciendo. Esto es lo que busca solucionar la doctrina del Tantra con los masajes tántricos el que puedas poner tu mente en blanco y que todo tu ser se centre en la experiencia de los sentidos, para que de esta manera un roce, una caricia pueda ser como una explosión de placer y se convierta en algo extremadamente excitante.